Este relieve de apretada composición debió de formar parte de un retablo dedicado a la Pasión de Jesús, atribuido a los talleres de Bruselas de hacia 1500, en el que también se integraría otro de similar estilo que representa el Camino del Calvario y pertenece a la Fundación Godia.
El Desvanecimiento de la Virgen suele disponerse al pie de la Crucifixión, escena que normalmente ocupa el centro del retablo y supera en tamaño a los relieves contiguos. Sin embargo, estos dos fragmentos tienen unas dimensiones casi idénticas, poco más de un metro de altura. Además, comparten un escenario común, con una arquitectura urbana que asoma tras unos peñascos que ascienden en sentido opuesto lo que, unido a la orientación de los jinetes hacia la parte interior del relieve y al gesto de uno de ellos señalando hacia lo alto, como suele hacerlo el centurión, sugiere que ambos pudieron situarse en una única composición, a los lados de un Calvario, dispuesto al centro y en un plano más elevado.