RELIEVE DEL DESCENDIMIENTO

ESTILO 

Valiéndose del precario equilibro de algunos personajes, el anónimo escultor de este relieve ha conseguido una composición hábil y dinámica que nos conduce a través de una línea zigzagueante desde Nicodemo, situado a la derecha en lo alto de la escalera, hasta el grupo formado por la Magdalena y el desvanecimiento de María, pasando por el cuerpo inerte de Cristo que traza una elegante curva, semejante a la que muestra en el relieve de Zumaia.

Las expresiones son contenidas (quizás en parte por efecto de la repolicromía) pero transmiten con eficacia la gravedad del episodio. Se sirve de ojos de párpados entrecerrados que originan miradas tristes, narices largas y finas y bocas caídas. Cabellos y barbas se definen de modo un tanto simple, resultando algo más esmerada la melena rizada de San Juan. Más cuidadas y expresivas son las manos, bien articuladas mediante dedos largos y finos.

Los quebradizos pliegues se acumulan en el grupo de María, acentuando su dramatismo.