Las tallas flamencas han llegado hasta nuestros días incluidas en un retablo barroco. Se trata de una gran escena principal, sin compartimentaciones, con cerca de ochenta personajes, de distinto tamaño en función de la profundidad del plano adoptado. A priori, y a falta de un examen riguroso, parecería que tampoco la arquitectura que los enmarca de manera más próxima es original.
La composición se forma a partir de bloques esculpidos, distribuidos escalonadamente, con segundos planos sobre-elevados gracias a grandes calces de madera. Cada bloque conforma uno o varios personajes, y a su vez pueden estar constituidos por varias piezas, al parecer clavadas entre ellas. En el primer plano se distribuyen seis grupos escultóricos, con evidentes desajustes de posición entre ellos (huecos, ocultamiento de zonas policromadas, etc.).
A ambos lados de la escena central, seis pequeños grupos esculpidos sobre repisas, imitando probablemente la disposición del retablo original.