Considerando el formato que presentan ambos relieves (rectangular y más altos que anchos) y sus dimensiones (medio metro escaso por algo más de treinta cm.) los escasos restos disponibles apuntan a que nos encontramos ante dos escenas laterales de un retablo desmembrado dedicado a la Pasión de Cristo que posiblemente adoptaría en origen el formato de T invertida, enmarcando junto a otras escenas una Crucifixión central de mayor tamaño.
La iconografía de este tipo de piezas suele ser exclusiva, por lo que es muy poco probable que incluyese algún episodio o imagen relativa a San Pedro, lo que plantea dudas sobre su pertenencia inicial a un presunto retablo mayor o al menos la falta de adecuación a la titularidad del templo.
En todo caso, el enmarque que presentan en la actualidad, aunque inspirado en obras coetáneas –como la Santa Ana Triple del convento de Elgoibar-, no corresponde a la obra original, pues no es propio de escenas narrativas sino más bien de grupos escultóricos.