El retablo preside la capilla de Fernán López de Saldaña, que ocupó los cargos de contador mayor, camarero, canciller y miembro del consejo real en la corte castellana del rey Juan II. Fue persona muy cercana al condestable Álvaro de Luna, de quien según las crónicas se consideraba “criado e fechura”.
La inscripción dedicatoria que corre por los muros del recinto sitúa su edificación entre 1430 y 1435, período en el que se supone sería encargado el retablo. Ese mismo texto nos informa de que en la capilla recibió sepultura la primera mujer del contador, Elvira de Acebedo, fallecida en 1433. Dado que en una de las pinturas de las puertas del retablo don Fernán aparece representado como donante en solitario, se cree que ya había enviudado para cuando se realizaron, lo que permite acotar la cronología de la obra.
El escudo de los Saldaña, con una torre y una ballesta que apunta al cielo entre ramas de acebo, luce en las claves de la bóveda y acredita la propiedad de la capilla.