Se representa la escena del Llanto sobre Cristo Muerto, al pie de la cruz. San Juan, al fondo y de pie, tras María, trata de consolarla poniendo una mano sobre su hombro mientras deposita la otra en la mejilla de Cristo. La Virgen está sentada, y apenas retiene el cadáver de Jesús sobre su regazo, quien parece girar sobre sí mismo, pese a que su Madre trata de sujetarlo tomándolo por el codo izquierdo. A sus pies se arrodilla la Magdalena, inclinando su espalda hasta disponerla casi horizontal; mantiene el antebrazo derecho de su maestro entre sus manos y lo aproxima a su rostro para besarlo.
Tras ella, se encuentra una de las Santas Mujeres, de pie, llevándose un paño a la boca y sujetando un tarro de esencias con la otra mano. Es el mismo objeto que sostiene la última de las mujeres, arrodillada frente a la Magdalena, al otro lado de la composición. En segundo plano, sobre un pequeño promontorio aparecen Nicodemo y José de Arimatea, de frente uno y de espaldas el otro.