El relato desplegado en este retablo centra su atención en los episodios de la Pasión de Cristo, desarrollándose como un friso continuo sin elementos que interrumpan la narración. Comienza el ciclo con el pasaje de la Flagelación, con Jesús atado a la columna rodeado por los sayones y los magistrados del Sanedrín. A él sigue El Camino del Calvario, donde Jesús carga con la cruz ayudado por el Cireneo, en compañía de los soldados y los ladrones y en presencia de la Virgen y San Juan.
La Crucifixión, hoy perdida, remataba el relieve central en el que se incorporan ocho jinetes, el Desvanecimiento de María y el Lamento de la Magdalena. Ella es quien recibe el Cuerpo de Jesús en la siguiente escena, el Descendimiento, auxiliando a Nicodemo y José de Arimatea, en tanto la Virgen y San Juan ocupan un segundo plano. La Resurrección cierra la narración, con Jesús surgiendo del sepulcro entre los soldados mientras un ángel, en segundo plano, anuncia el milagro a las tres Marías.