No se conocen datos acerca del promotor de esta obra. La bibliografía tampoco da cuenta de que previamente haya tenido alguna otra ubicación diferente, por lo que se supone que desde su origen se conserva en la capilla del Nacimiento, a la que presta su advocación. Don Manuel Gómez Moreno, en el catálogo monumental de la provincia redactado entre 1906 y 1908 lo situaba en “una de las capillas de la girola” sin precisar de cuál de ellas se trataba, aunque ya añadía que probablemente correspondió a la del Nacimiento, fundada por el obispo Cabeza de Vaca (1448-1459).
El origen de este espacio, sin embargo, parece bastante anterior, pues se estima que datará de hacia 1260. Previamente estuvo dedicada a San Ildefonso y San Pedro, quienes aparecen representados en sus vidrieras, junto a otros santos obispos.
En uno de los paños del muro se abre el sepulcro del obispo Arnaldo Nuño, fallecido en 1253, en cuyo tímpano se representa a dos ángeles que llevan al cielo el alma del difunto.