No se conocen datos sobre el modo en que este retablo llegó hasta Santibáñez-Zarzaguda. Con toda probabilidad lo hizo a través de la ciudad de Burgos, importante nudo comercial al final de la Edad Media, pero no hay constancia de quien pudo estar detrás de su adquisición. Huidobro sugirió que la iniciativa partió de alguno de los comerciantes establecidos en la villa, aunque no llegó a concretar ningún nombre.
Lo que sí parece claro, a juzgar por el testimonio del propio Huidobro, es que su ubicación original no fue la parroquia de San Nicolás o que al menos no siempre formó parte de su mobiliario. De acuerdo a su testimonio fue adquirido para la ermita de la Virgen de las Eras, desde donde se trasladó a la parroquia a finales del siglo XIX. Este austero templo, rematado por una espadaña clasicista, se mantiene en pie en el centro del pueblo, no muy lejos de la parroquia.