La tracería decorativa ha desaparecido casi en su totalidad, así como ciertos relieves en primer plano -como el que hubo en origen a la izquierda en la escena central- o fijados al fondo, de los que sólo se conservan los orificios de las espigas de unión, caso del espacio vacío sobre la Circuncisión. También está desaparecida buena parte del busto de Dios Padre, en el ático.
El ataque de insectos xilófagos ha sido muy intenso, perdiéndose numerosos volúmenes y fragmentos de talla, como las ovejas en primer plano, hoy en día incompletas. La policromía ha sido intervenida parcialmente y los volúmenes adolecen de cierto embotamiento que perjudica la visión general de la obra. Su estado de conservación general aconseja un estudio en profundidad y una intervención de restauración para recuperar en la medida de lo posible la potencialidad del retablo.