RETABLO DE LA VIDA DE LA VIRGEN Y DE LA INFANCIA DE CRISTO

OBSERVACIONES 

En diversos retablos de los primeros años del siglo XVI se observa una convivencia entre las características de los talleres de Bruselas y Amberes, por lo que no es fácil determinar su origen; el de Telde es un buen ejemplo de ello.

Aunque posee marcas de Amberes, Suarez Quevedo lo consideró obra de un taller bruselense de hacia 1515, identificando una de las imágenes de los pilares como Santa Gúdula, patrona de la catedral de esta ciudad. Sin embargo, la profesora Negrín Delgado relacionó alguno de sus personajes con otras obras marcadas en Amberes como las tallas de Era de la Mota en las que reconocía la influencia del taller más sobresaliente de Bruselas, el de los Borman, atribuyéndolas a un artista formado en su entorno, activo en las primeras décadas del siglo.

Por otra parte, su sinuoso remate es más propio de los retablos amberinos del segundo tercio del siglo, de donde se deriva una ambigua cronología que la documentación no explica de forma satisfactoria.