Las primeras referencias relativas a Santa María la Redonda de Logroño datan de 1196. Aquella primitiva parroquia románica alcanzó la categoría de colegiata en 1435, y casi un siglo más tarde, en 1510, comenzó a levantarse la construcción actual, siguiendo una traza del maestro cantero Juan de Regil, quien asumió la dirección de la obra desde 1516.
El templo, de estilo gótico tardío, estaba concluido en lo fundamental en 1537 y tiene planta basilical de tres naves, sin crucero, rematando en ábside poligonal. Posteriormente, se realizaron en estilo barroco la sacristía y el coro del siglo XVII, y ya en el XVIII los accesos laterales y la fachada principal, con su monumental portada y las dos torres gemelas. Se abren a las naves laterales ocho capillas que albergan tallas, pinturas y rejas de considerable valor artístico.
Desde 1959 goza del título de Concatedral, compartido con las de Calahorra y Santo Domingo de la Calzada, siendo el único caso de una diócesis con sede triple.