Las peculiaridades de este retablo dentro de la fase tardía de la producción flamenca derivan de la reducción del relato iconográfico a una única escena, con un gran desarrollo y un marco arquitectónico que lo aproxima a los retablos realizados por talleres locales. Esto induce a sospechar que responde a una demanda muy específica en la que el comitente pudo plantear ciertas condiciones, dando origen a una obra verdaderamente singular. Sobre el retablo sobresale un arco rebajado rematado por un conopio coronado por un florón que tal vez sea el enmarque de un antiguo sepulcro o un retablo previo.