La catedral de Santa María la Real de Pamplona es un excepcional conjunto monumental que no sólo conserva las dependencias más clásicas en este género de edificios (templo, sacristía, claustro...) sino también otras concebidas para el servicio del cabildo, perdidas en la mayoría de las construcciones similares (dormitorio, refectorio, cocina). Algunas de ellas sirven de marco a la exposición permanente Occidens.
El estilo dominante es el gótico, del siglo XIV en lo relativo a su magnífico claustro, y ya del XV en lo que respecta a la iglesia, que presenta planta de cruz latina, con tres naves de seis tramos, cabecera poligonal y amplio crucero. Iniciada en 1394, sustituye a un templo románico, y éste a su vez a otro del mismo estilo, erigido sobre una construcción primitiva del siglo X. Al barroco del siglo XVIII corresponden la sala capitular, la sacristía y la biblioteca, mientras la fachada pertenece ya al Neoclásico de fines de esa misma centuria y comienzos de la siguiente.