Centra el retablo el pasaje del Llanto sobre Cristo Muerto, compuesto por la Virgen María en el centro, sosteniendo el cadáver de Jesús en su regazo y con las manos unidas en gesto de oración, a la que acompañan otros cinco personajes. A ambos lados de María, en primer plano, se disponen dos varones que corresponden a José de Arimatea y Nicodemo. El que se sitúa a su derecha, sostiene la cabeza de Cristo entre sus manos, con la ayuda de un paño mientras el de su izquierda adelanta su mano derecha para disponerla en el hombro de la Virgen tratando de reconfortarla. Las tres Marías ocupan el segundo plano: la de nuestra izquierda, llorosa, se lleva la mano al rostro; las otras dos portan sendos tarros de esencias. Una de ellas, toca el dorso de María para ofrecerle algún consuelo y aparece con la cabeza descubierta, por lo que se tratará de María Magdalena.
Por las calles laterales se distribuye el colegio apostólico, agrupados de dos en dos, en actitudes dialogantes.