No disponemos de noticias sobre el modo por el que este retablo llegó a Laredo. La capilla mayor de la nave de Belén donde se ubica era en origen un ámbito de propiedad particular que se cedió posteriormente a la parroquia, según informa un documento del siglo XVIII en el que no se precisa la fecha ni la identidad del donante.
En este espacio existen varios enterramientos pertenecientes a algunas familias de comerciantes de la villa, como las de los Vélez Capuchín y los Escalante, implicadas en el comercio con Flandes. También hay noticia de que en ella colgaban los escudos de estos y otros linajes como los de la Obra o los Villota y que todos ellos disponían de bancos propios para asistir a las misas. Pero no se conoce ningún dato significativo que desvele cuál de ellos tomó la iniciativa de adquirir este retablo.
Toda su estructura arquitectónica fue modificada hacia 1700 incorporando sus relieves a un retablo del pleno barroco relacionado con los talleres de Limpias.