Del conjunto de relieves flamencos, dos (Calvario y Pentecostés) se alojan en sus mazonerías originales, hoy integradas y ocultas en los retablos laterales. Hasta donde es posible acceder, estas arquitecturas originales conformaban retablos de compartimento único con tablas laterales que incluían el marco tallado y bisagras para acoplar las puertas (hoy queda las huellas de los rebajes). El fondo de las cajas está constituido por cuatro tablas ensambladas a bisel y el espacio interior se define por paneles unidos a canto y bóvedas de crucería.
Los grupos escultóricos (tanto del retablo mayor como de los laterales) están tallados en un solo bloque, prácticamente la mitad de un tronco y están vaciados por el reverso con gubia. Se observan huellas de corte por hendido y de herramientas tales como hacha, sierra o azuela. Pentecostés, el Calvario y uno de los santos están conformados por varias piezas con uniones diversas (a tope, con caja, claveteado).