Las tallas y relieves de Castillonuevo, hacen gala de una notable variedad en la caracterización de los rostros, especialmente en el apostolado del relieve de Pentecostés, de expresividad expectante, con barbillas y narices prominentes y tratamientos diversos del cabello. Como es habitual, las imágenes de los soldados del pasaje de la Pasión son más caricaturescas y expresivas. El plegado de la vestimenta es quebradizo y vigoroso, pero no muy aristado.
Las tallas de los lados, de actitudes refinadas y elegantes, tienen un aire más melancólico, con ojos rasgados y bocas ligeramente caídas, más evidente en el santo con armadura, similar a obras de Amberes, como alguna de las tallas de Era de la Mota. También es propia de este entorno su disposición lateralizada, aunque aquí su tamaño es muy superior al habitual.
Estos rasgos se reconocen solo en parte en los relieves del retablo mayor, muy anecdóticos, pero embotados por los repintes.